¿Recordáis la leyenda de La Chica de la Curva? Aquella autoestopista fantasma que paraba a los conductores para advertirles del peligro de la zona…Hace tiempo, allá por los años ochenta, en España tuvo gran repercusión otra historia con semejantes acontecimientos. Aunque los hechos son vagamente distintos, el trasfondo de la leyenda sigue siendo el mismo, tal vez, más inquietante…
Leyenda urbana
La historia se desarrolla durante la madrugada. Roberto se dirigía con la moto a una de las discotecas del centro de la ciudad. El día era lluvioso, había tormenta. El hombre aparcó la moto en la entrada del local, pero cuando llegó al lugar observó que una mujer yacía en la puerta. La chica estaba mojada, tenía el cabello humedecido. En ese mismo momento, conmovido por la escena, se acercó a ella y le ofreció su cazadora. Después la invitó a entrar con él a la discoteca. Ella, agradecida, aceptó la invitación y se presentó como Yolanda. Pasadas unas horas decidieron marcharse del lugar. Roberto se ofreció a llevarla a casa con la motocicleta. Durante el recorrido, aquella chica estaba inquieta, temiendo a cada instante sufrir un accidente. Finalmente llegaron a la calle donde se encontraba la casa de Yolanda. Ella hizo el ademán de devolverle la cazadora pero Roberto insistió en que se la quedara, y que ya pasaría en otro momento a por ella.

A la mañana siguiente el motorista se dirigió al mismo lugar para recoger la cazadora y visitar a Yolanda. Tras unos minutos después de llamar a la puerta, una mujer de avanzada edad abrió. Nada más preguntarle por Yolanda, la mujer rompió en llantos. La señora pensaba que se trataba de alguna especie de broma macabra, pero frente a la insistencia de Roberto en que la había acompañado la madrugada anterior, comprobó que se equivocaba. Cuando recuperó el aliento le explicó que su hija Yolanda había fallecido hacía 5 años en un accidente de moto mientras volvía de la discoteca. La mujer le comentó que en el cementerio había una foto de ella incrustada en su lápida, y que era la única que conservaba. Ambos decidieron ir hacia el mismo para comprobarlo. Cuando llegaron, el rostro de Roberto se empalideció, un escalofrío recurría su cuerpo… Era la misma chica. Yolanda aparecía en la fotografía de la lápida… lo más estremecedor, sin embargo, no era la fotografía, ella aparecía igual que como la conoció. Aquello que tanto inquietó a Roberto fue que sobre la misma lápida yacía la cazadora que la madrugada anterior le había prestado.
Audiorrelato
Esta leyenda ha sido extraída del libro Leyendas urbanas: Entre la realidad y la superstición (2007), de Alberto Granados. El audiorrelato ha sido realizado por:
- José Michelli: Narrador
- Víctor Olcina: Protagonista
- Gabriela Zavala: Espíritu
- María Martí: Madre del espíritu
Actualidad
Lo más curioso de esta leyenda urbana es que se desarrolla en un punto concreto y localizado de España. Exactamente en la discoteca Androides, situada en la calle Cañada de Alfares, en Talavera de la Reina (Toledo). Esta discoteca, aunque ya no existe, fue famosa durante los años ochenta cuando la “movida madrileña” se extendió por todo el país. Según se comenta, aquel local fue testigo de numerosos fenómenos paranormales, tales como sonidos de gritos o lamentos, apariciones y vasos que de un momento a otro estallaban sin motivo aparente. Se menciona que en algunos casos se llegaron a presenciar sucesos en los que brotaba sangre desde los baldosines de los baños. Como toda leyenda urbana, La Cazadora tiene su parte de realidad. La advertencia que nos trasmite esta historia es evitar conducir en estado de embriaguez para evitar sufrir un accidente.
Fuentes
Granados, A. (2008): Leyendas urbanas: Entre la realidad y la superstición. Madrid: Aguilar