La Combustión Humana Espontánea (CHE) es un fenómeno poco frecuente que se produce en algunas personas las cuales entran en combustión y son carbonizadas al instante, sin la presencia de ninguna fuente externa de calor.
Este fenómeno tan insólito parece ser que se produce a partir de una fuente interna de calor. Se cree que algunas personas pueden generar un proceso metabólico acelerado en el cual la grasa comienza a arder extendiendo las llamas otras partes del cuerpo. Algunas de las características más frecuentes entre los casos que han sido catalogados como Combustión Humana Espontánea, y a los cuáles no se les ha podido otorgar otra clasificación, son las siguientes:
- Las víctimas suelen encontrase solas en su dormitorio sin que ningún testigo presiente los hechos.
- Solo se quema una parte del cuerpo, la que más grasa tiene, quedando la parte del torso, los muslos, y los huesos completamente carbonizados. Las extremidades, por otro lado, quedan intactas. Tampoco se queman los muebles que se encuentran alrededor de la víctima.
- A pesar de desarrollarse sin una fuente externa de calor, sí se han encontrado estufas, o cigarrillos próximos a las víctimas…
- Las víctimas mayormente son mujeres, aunque también existen casos en hombres. Además, suelen ser ancianas, con sobrepeso, y pueden padecer alguna enfermedad mental del tipo depresión o problemas de alcoholismo.
- Después de cada fenómeno suele quedar una sustancia líquida y viscosa, de color amarillento.
Este fenómeno suele desarrollarse en casos aislados y la mayoría cumplen con las características ya citadas. El primer caso del que se tiene constancia según los registros médicos, ocurrió en el año 1731, en las afueras de Verona (Italia). La víctima de 62 años se llamaba Cornelia Bandi, más conocida como la condesa de Cesena. Una de las sirvientas, al observar que la mujer no se levantaba a la hora habitual, decidió comprobar qué ocurría. Al entrar al dormitorio comprobó que una parte de la habitación, enfrente de la cama, estaba llena de cenizas y de una sustancia amarillenta y maloliente. Junto a ella se encontraban los restos de las extremidades de la condesa, sin embargo, las sábanas y las telas que rodeaban a la señora no ardieron.

En 1941, según el British Medical Journal londinense, se registraron más de 30 casos en los que se produjo una Combustión Humana Espontánea. Las investigaciones indicaban que la temperatura del fuego que ocasionó las combustiones podría haber alcanzado una temperatura de 1650ºC.
Otro de los casos a tener en cuenta ocurrió el 2 de junio de 1951 en Florida (Estados Unidos), en este caso la victima de 67 años, Mary Hardy Reeser, fue descubierta por Patsy Carpenter. Esta última mujer se decidía a entregarle un telegrama a la víctima cuando encontró los restos de su cuerpo en un sillón en el que habitualmente descansaba. En él se hallaba parte del hígado adherido a la columna vertebral, el cráneo reducido al tamaño de una pelota de tenis y gran cantidad de cenizas, y en el suelo el pie que todavía conservaba su calzado. Este caso fue catalogado como ‘Muerte accidental por fuego de origen desconocido’, pero más tarde su hijo declaró que Reeser estaba fumando un cigarro la última vez que la vio y que además su madre tomaba somníferos, aunque resulta extraño que no se levantara cuando empezó la combustión.

La misma explicación se le dio a Helen Conway el 8 de noviembre de 1964. El bombero voluntario del estado de Pensilvania, Robert Meslin, recibió una llamada de emergencia por la nieta de Conway a las 8:42 AM cuando la mujer todavía seguía con vida. Cuando el equipo llegó, a las 8:48 AM, Meslin ya había fallecido y sido reducida a cenizas. Se le dio la misma explicación que en el caso anterior, culpando al cigarrillo de la causa del incendio, aunque el proceso de combustión se desarrollara con semejante rapidez.

Otro de los casos que también llaman la atención fue el del doctor John Irving Bentley. Ocurrió el día 5 de diciembre de 1966, en Coudersport, Pensilvania. El doctor fue encontrado en el baño, con un boquete en el suelo, y sobre él, una gran cantidad de cenizas, el material se encontraba in táctil sin haber formado pasto de las llamas, y en el suelo apareció una parte de su pierna con el zueco de médico todavía colocado en el pie.

Los casos son varios, entre ellos:
- León Eveille en 1971: La CHE se produjo dentro de su coche.
- Jack Angel en 1974: Fue uno de los pocos casos en los que la víctima sobrevivió. Se percató de los hechos al despertar y observar quemaduras de alto grado en su antebrazo derecho, el cual tuvieron que amputar.
- Henry thomas en 1980: Su caso fue investigado por el agente del Departamento de Investigación Criminal, John Heymer, considerado uno de los mejores investigadores de los fenómenos CHE. En esta ocasión las características fueron semejantes a las de los demás.


Una de las explicaciones posibles, aunque poco frecuente en la mayoría de estos hechos, consiste en la Teoría de los Plasmas. Los plasmas son bolas de rayos que se forman en momentos de tormenta, según algunas versiones estas esferas, demostradas científicamente pero con escasa duración, colapsarían contra la víctima. Al entrar en contacto con ella, la misma quedaría inconsciente a la vez que ardiendo, así pues entraría en combustión y podría acabar reducida a cenizas. Otra teoría, sin duda más acertada, aunque no determinante, sería la del ‘Efecto Mecha’. En este caso, y según las explicaciones del científico J. D. De Haan para el National Geographic Channel, o la BBC, lo que ocurriría vendría determinado por una fuente de calor externa que entraría en contacto con la víctima mientras se encuentra dormida. Según De Haan, el pijama sería lo primero en arder (la mecha) y después comenzaría a derretirse la grasa (la cera), que sería absorbida por la ropa y mantendría la llama en un lugar constante y durante horas. De esta manera, y a partir de experimentos realizados con cerdos, se demostraría que puede consumirse una sola parte (el cuerpo) y no toda la habitación, aunque en algunos de estos experimentos la habitación acababa ardiendo junto con el cuerpo.


A pesar de todo, esta teoría, sigue dejando algunas incógnitas sin resolver, por ejemplo: ¿Cómo es posible que la víctima no note el calor y se despierte?, ¿Por qué en ningún caso de los mencionados anteriormente se quemó la habitación como en los experimentos? ¿Cómo es posible que el efecto mecha tarde horas, y sin embargo en algunos casos el efecto CHE dure apenas unos minutos?