El viaje astral o experiencia extracorpórea es un fenómeno en el cual el cuerpo espiritual de un ser humano se separa del cuerpo físico, sin perder en ningún momento la conexión que poseen entre ambos pero con total autonomía para poder explorar el nuevo plano inmaterial.
El viaje astral suele producirse por la noche, en el momento en el que una persona está a punto de dormirse. Suele ser en ese instante cuando el cuerpo espiritual o inmaterial, se separa del físico, que yace tumbado sobre la cama. Según las experiencias contadas por aquellas personas que lo han vivido, el cuerpo astral es proyectado por encima del cuerpo físico. La persona que lo vive suele entrar en pánico al observar su cuerpo tendido sobre la cama y no entender lo que está ocurriendo en ese momento. Según describen, el cuerpo físico y el espiritual están conectados por un cordón que une a los diferentes planos. Este cordón es semejante a un hilo plateado que en algunas ocasiones emerge desde el plexo solar y en otras desde la médula, a la altura de la nuca. Comentan que es elástico y que no existe el riesgo de que se rompa. Su ruptura se produciría únicamente en el fallecimiento.

A lo largo del tiempo se ha hablado mucho sobre este tipo de fenómenos, existen varios casos en los que se ha tratado el tema, uno de los más recientes es el de la película Insidious (2011), dirigida por James Wan. Los psicólogos americanos también han aportado su granito de arroz. Después de varias investigaciones, se decidió suprimir el significado de “viaje astral” por sus posibles denotaciones vinculadas a la astrología, cuando en realidad no ocurría nada de ello. Así pues pasó a llamarse OBE (Out of Body experience), que traducido al español sería ESC (Experiencia de Salida del Cuerpo).

Una de las personas que se ha dedicado a estudiar este tipo de fenómenos es Losbang Rampa. Este autor fue quizá el primero en hablar sobre los ESC. Losbang Rampa, a través de su libro El cordón de plata, hace un completo análisis de las investigaciones de los lamas del Tíbet y su comunicación con la naturaleza, y con las energías del universo. Rampa describe en esta obra cómo los lamas alteran su consciencia para poder realizar este tipo de viajes. Otro autor destacado es Pierre Weil, quien en su libro Los límites del ser humano, expone las investigaciones que se llevaron a cabo en la Universidad Federal de Brasil y plantea una serie de características comunes en todos los individuos que realizan los viajes astrales. Concretamente durante el mismo momento en el que el alma se despega del cuerpo. Lo primero que ocurre, pues, es la salida del cuerpo desde los pies para ir extendiéndose por el resto del cuerpo, aunque también puede comenzar en el vientre o en la cabeza (según los hindúes, donde se encuentra el Chacra Sahasrara). La siguiente sensación es la de notar como si se estuviera flotando. En ese instante se observaría que no existe el sentido del tacto, todo lo que se toca pasa a través del cuerpo. Seguidamente se visiona el propio cuerpo extendido sobre la cama, acompañado de la sensación de pánico ya mencionada anteriormente. Poco a poco el individuo se acostumbra al nuevo estado, quien observa, además, que existe un cordón al que se encuentra unido (no todas las personas pueden apreciarlo). Con este nuevo cuerpo, el viajante comienza a desplazarse de un lado a otro (translocaciones). El proceso concluye, finalmente, cuando, con el cuerpo inmaterial, se acomoda sobre el cuerpo material imitando la misma postura en la que se encontraba antes de abandonarlo. Algunas personas afirman que tras realizar estas translocaciones, y una vez despiertos, se tiene una sensación de frío.

Weil hace unas anotaciones, también, sobre el otro plano. El investigador explica que en él no estamos solos, que existe la posibilidad de que hayan más “viajantes” que en ese mismo momento se encuentren cerca de donde nos ubicamos… Además de los seres que ya no pertenecen al mundo de los vivos. Según uno de sus estudios, el 67.4% de las personas que viven este fenómeno, se encuentran con seres de otra dimensión, ya sean conocidos: amigos, familiares, maestros…; o desconocidos. Por otro lado, el 28% suele viajar por su casa, otros países, y visionar personas vivas pertenecientes al plano terrestre que no responden ni reaccionan ante sus intentos de llamar la atención. Otras personas afirman encontrarse con lo divino (seres de luz), adaptados a la religión de cada uno. Por ejemplo, en el caso del cristianismo, con el ángel de la guarda; los escoceses, con hombres reflejo; los noruegos, con el Vardorg; y los alemanes, con el Dopplegänger.

¿Cómo realizar un viaje astral?
En 1958 el alpinista, Robert Monroe, tuvo su encuentro con el misterio. Durante una de sus habituales escaladas, el alpinista pudo realizar un viaje astral que le marcó para siempre. A partir de ese momento se dedicó por completo a profundizar en el tema, fundado el Monroe Institute. Los pasos a seguir para realizar un viaje astral fueron desarrollados por él mismo en sus investigaciones. Se debe de tener en cuenta que las experiencias varían en función de cómo sea la actitud del viajante en ese momento, pues existen casos agradables y otros que no tanto. Todo parece depender de las ondas que emite el cerebro en función de nuestro estado. Las ondas beta, son aquellas que se emiten cuando el ser humano está activo (las propias de los cinco sentidos). Después están las ondas alfa, que se emiten cuando se uno se encuentra relajado. Un nivel inferior es el de las ondas theta, que son aquellas que se dan al inicio del sueño (son ondas alfa muy retardadas). Por último se encuentran las delta que son aquellas que se producen durante los sueños profundos. Estas últimas son las necesarias para poder realizar un ESC:
- Permanecer en una habitación cálida y oscura donde no se sea perturbado y donde se pueda yacer en una posición confortable con la cabeza dirigida hacia el norte. Use ropas holgadas y quítese las joyas u objetos metálicos.
- Relaje la mente y el cuerpo. Cierre los ojos y respire rítmicamente, abriendo ligeramente la boca.
- Concéntrese en una imagen simple y trate de conciliar el sueño. Cuando alcance el estado de duermevela, relájese profundamente sumergiéndose en la oscuridad que lo envuelve.
- Para lograr que las vibraciones anuncien el comienzo del viaje, concéntrese en un punto situado a unos treinta centímetros de su frente. Gradualmente, extienda este punto a una distancia de dos metros y dibuje una línea imaginaria paralela al cuerpo. Enfocando ese plano sienta las vibraciones e interiorícelas dentro de la cabeza.
- Una vez conseguido el control de las vibraciones por medio de la consciencia, guíelas a través de su cuerpo, desde la cabeza hasta los dedos de los pies y viceversa. Cuando éstas ya puedan ser dirigidas por su mente, está usted preparado para iniciar la separación de su propio cuerpo.
- Para abandonar el cuerpo, concéntrese en la idea de lo placentero que sería flotar en el espacio. Mantenga estos pensamientos y su cuerpo astral comenzará a elevarse.
- Para retornar al cuerpo físico, simplemente concéntrese en la fusión de ambos entes.
Fuentes
Espina, Federico ¿Hay vida después de la muerte? Madrid: Servilibro (obra colectiva).