Hace unos meses, antes de que comenzará el verano, presencié un pequeño ritual en mitad de un descampado donde suelo ir a pasear con mi compañero de cuatro patas. Los adolescentes gritaban al unísono unas palabras, y además cada vez lo hacían con más intensidad. Me pareció curioso, porque era la primera vez que lo escuchaba. Todos sabemos cómo invocar a Verónica en el espejo —hay que pronunciar su nombre tres veces con la luz apagada y una vela en la mano—, pero en esta ocasión había algo distinto. No parecía que quisieran invocar a alguien o algo en concreto, más bien como si estuvieran tratando de pedir algo al universo. De lograr una manifestación a través de uno de los allí presentes, tumbado mientras los demás pronunciaban las palabras mágicas: “Ligero como una pluma, duro como una tabla”. Ahora sé que se trata de un juego, pero cuál es el sentido de esta invocación. A continuación, te explico lo que he podido averiguar.
Qué es “Ligero como una pluma”
El ritual “Ligero como una pluma” tiene sus raíces en las tradiciones de la magia y el ocultismo. Aunque su origen exacto es difícil de rastrear, se cree que proviene de antiguas prácticas de meditación y visualización en las que se buscaba la conexión con fuerzas cósmicas y espirituales. Con el tiempo, esta práctica evolucionó hacia la idea de que una persona podría ser elevada físicamente por la fuerza de la mente y la energía espiritual —como si quienes practicaran el ritual fueran magos o tuvieran poderes—. De hecho, el primer registro que se tiene sobre este juego/invocación data del año 1600, aproximadamente, cuando el administrador naval británico y miembro del Parlamento Samuel Pepys anotó en su diario lo que acababa de observar. Y es que al parecer fue sorprendido por cuatro niñas que se hallaban practicando este juego con mucho entusiasmo, pero lo más curioso de todo es que ellas solas habían conseguido levantar a su amiga por el aire usando solo sus dedos.
Cómo practicar el ritual “Ligero como una pluma”

En realidad, este ritual es muy fácil de llevar a cabo. Se trata de un juego en el cual los participantes deben ponerse en círculo y rodear a una persona que se tumbara sobre el suelo o una superficie plana y se someterá al proceso de levitación. Para entrar en ambiente se recomienda apagar las luces y encender unas velas o reducir la intensidad de las bombillas. A continuación, todo el mundo debe colocar la punta de sus dedos debajo del voluntario o voluntaria y seguidamente recitar el conjuro que dice: “Ligero como una pluma, duro como una tabla”. Este se debe pronunciar al unísono y de manera constante, hasta que la persona del centro comience a levitar. Explicado por pasos y de manera más detallada, el ritual se debe practicar de la siguiente manera:
- Preparación del ambiente: Pon una manta o una almohada en el suelo donde se sentará la persona.
- Reúne a cuatro participantes más la persona que levitará: Lo ideal es que haya una persona para cada hombro y otra para cada rodilla. Si hubiera una quinta, entonces debe colocarse en la zona de la cabeza.
- Elige al líder: La persona que conozca el juego y lo explique a los demás.
- Pon los dedos debajo de la persona: Coloca los dedos debajo de los hombros o rodillas, dependiendo de dónde estés ubicado.
- Recita las palabras mágicas: Pronuncia junto a tus amigos “Ligero como una pluma, duro como una tabla” y hazlo con más intensidad conforme avanza el ritual.
Hay que tener en cuenta que existen otras variantes del juego y que la frase puede sufrir algunas modificaciones como: “Liviano como una pluma, tieso como una tabla”. Además, previo a recitar las palabras el líder puede pedir a los participantes que inicien el ritual colocando un dedo sobre la cabeza del voluntario y presionar ligeramente hacia abajo, de manera que se dé paso a fuerzas sobrenaturales para que los espíritus entren en el cuerpo y este resulte más ligero —como ves, se puede adornar como uno quiera y hacerlo más o menos terrorífico—. En cualquier caso, la magia de este juego está en la sugestión y la mentalización. Es decir, los participantes deben visualizar a la persona levitando y “ligera como una pluma”, permitiendo que esta creencia colectiva influya en la percepción de la realidad. Algunas versiones del ritual también involucran toques suaves o gestos hacia la persona, con la idea de que estos movimientos pueden ser transmitidos como impulsos energéticos para facilitar la levitación.
¿Qué nos dice la ciencia sobre “Ligero como una pluma”?

Como ocurre con muchos fenómenos paranormales, las opiniones sobre la eficacia del ritual “Ligero como una pluma” varían ampliamente. Los defensores argumentan que la mente humana tiene un poder inherente que puede influir en la realidad de maneras no comprendidas por la ciencia convencional, al menos así lo señalan los testimonios de personas que afirman haber experimentado la levitación a través de este ritual como evidencia de su validez. Ahora bien, la mayoría de los científicos y expertos en el campo del comportamiento humano y la psicología sugieren que el fenómeno de la levitación a través del ritual “Ligero como una pluma” puede explicarse más por la sugestión y la influencia del entorno social que por la manifestación de poderes sobrenaturales. Estudios sobre la sugestión han demostrado cómo la mente humana puede ser influenciada para creer y experimentar cosas que no son necesariamente reales. Desde una perspectiva científica, el ritual “Ligero como una pluma” se asemeja a fenómenos como la hipnosis y la psicología de masas.
Ahora bien, ¿qué explicación le da la ciencia a los casos en los casos en los que efectivamente sí ha habido levitación? En estas situaciones, aclaran que los participantes no tienen en cuenta que el hecho de que todos están haciendo el mismo esfuerzo (y al mismo tiempo) con los dedos puede hacer que levantar a la persona del centro sea mucho más fácil, sobre todo cuando se trata de grandes grupos y la fuerza se reparte de manera equitativa. Es decir, el fenómeno responde a las leyes de la física y pone a prueba a todos teniendo en cuenta que están muy concentrados —prácticamente, en estado de trance— mientras practican el ritual.