Halloween

Definitivamente ha llegado una de las noches más esperadas del año para los amantes del misterio. La noche más terrorífica… Halloween. Una festividad de tradición céltica que con el paso del tiempo ha pasado a formar parte de todo occidente. Hoy deambulan por las calles espeluznantes criaturas, zombies hambrientos en busca de víctimas a las que devorar; brujas y hechiceras, vampiros, diablos, hombres lobo y, en definitiva, todo tipo de seres aterradores del Más Allá.

Historia

La celebración de Halloween, también conocida como Noche de Muertos, Noche de Víspera de Difuntos o Víspera de Todos los Santos, se celebra popularmente en prácticamente todo occidente el 31 de octubre. Su origen se remonta a la tradición céltica. Concretamente a la festividad dedicada al fin de verano en Irlanda conocida como Samhain en la cual se realizaba la recogida de la cosecha necesaria para subsistir el resto del año. Esta fecha es consideraba para muchos el comienzo de la estación más oscura.

Según los antiguos celtas en este día se estrechaba la línea de los dos mundos: el de los vivos y el de los muertos. Creían que cualquier tipo de ser, tanto bueno como malo, podía traspasar el umbral del Más Allá y atemorizar a los vivos. Es por ello que surgió la idea de los disfraces, para ahuyentar a los espíritus malignos y evitar sufrir ningún daño.

Más tarde esta tradición fue asimilada por los romanos al ocupar los dominios celtas, y no fue hasta el año 1840 en que llegó a Estados Unidos y Canadá, donde quedó muy arraigada. Al parecer los inmigrantes Irlandeses transmitieron la costumbre durante la Gran Hambruna Irlandesa. En el año 1921 fue celebrado el primer desfile masivo de Halloween en el estado de Minnesota, y a finales de los 70 y comienzos de los 80 fue aceptada internacionalmente.

Jack el tacaño

Jack el Tacaño es una leyenda de tradición céltica. Se dice que Jack era uno hombre que vivía en una aldea y que era conocido por su fama de estafador y traidor. Un día el mismísimo diablo escuchó hablar de él y, sorprendido por lo que la gente comentaba, decidió desplazarse hasta su pequeño poblado para comprobar si los rumores sobre su vileza eran ciertos. Para ello se disfrazó de persona y se desplazó hasta el bar dónde Jack solía encontrarse…

Después de compartir unas horas bebiendo, el rey de los infiernos comprobó que los rumores estaban en lo cierto. Aquel hombre era casi peor que el diablo, por lo que decidió que debía condenarlo por todos sus pecados. Jack, al comprender que no le esperaba nada bueno, le pidió un último deseo, compartir la última copa juntos. El diablo, extrañado, aceptó y acordó que cuando acabaran se lo llevaría al infierno. Cuando se tomaron las copas y llegó el momento de pagar, la embriagada pareja se percató de que no tenían dinero. Así pues, Jack retó al diablo a que demostrara sus habilidades convirtiéndose en una moneda. El diablo aceptó y Jack en vez de pagar con ella, la cogió para guardársela en el bolsillo, junto a un pequeño crucifico de plata. El diablo quedó atrapado regándole que le soltara pero Jack solo aceptó liberarlo con la condición de que no volviera en un año.

Fue pasando el tiempo…y cuando por fin llegó el año siguiente, el diablo volvió a presentarse. Esta vez regresaba con la intención de llevarse el alma de Jack y condenarla definitivamente. Pero en esa ocasión aquel hombre tan perspicaz volvió a pedirle un favor: que le concediera una manzana situada en un árbol de su jardín, como última comida antes de ser condenado. El diablo aceptó una vez más y trepó hasta la manzana para entregársela, pero al querer descender no pudo, pues rápidamente Jack había grabada una cruz en el árbol que le encadenaba de nuevo. Solo le ofreció soltarle a cambio de que dejara libre su alma. Aquel diablo no tuvo otra que aceptar… No obstante, al pasar los años, la suerte de Jack cambió definitivamente… Aquel maleante falleció y en el momento de dirigirse al cielo su entrada fue negada debido a todos sus pecados en vida. Tampoco pudo descender al infierno, pues el diablo le había liberado de tal infortunio. Entre la oscuridad, solamente contaba con un ascua eterna que el diablo le arrojó a modo de burla y que Jack puso en el interior de una calabaza para poder alumbrar. Desde ese día, Jack vaga eternamente entre los dos mundos buscando en las sombras un lugar donde por fin descansar.

Se dice que la presencia de aquel hombre se puede sentir en las noches de Halloween.  Jack el Tacaño aparece para ofrecer un truco o trato a todo aquel con quien se topa. No obstante, si alguien osa negarle el trato, el malhechor pude jugar uno de sus trucos provocando terribles desgracias. Desde enfermedades a las personas amadas, hasta pestes en el ganado, o incluso incendios en los hogares. Al parecer, las calabazas con formas terroríficas asustan a este ente condenado, tal vez le recuerdan al mismísimo diablo, por ello es tradición colocarlas en los hogares. Para evitar la presencia de Jack el Tacaño.

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