Los demonios de la biblia

La biblia es, probablemente, uno de los libros que más tiempo tardaron es escribirse. Concretamente unos 1000 años, entre 900 a.C. y el año 100 d.C. Los textos más antiguos que componen el libro sobre el cual se fundamenta la doctrina cristiana se encuentra en el Libro de los Jueces —un libro que pertenece al antiguo testamento y al Tanaj hebreo—. La biblia se basa en la serie de libros que nos habla principalmente de la historia de los hebreos (la del Antiguo Testamento) y de la vida, muerte y resurrección de Jesús —así como de su mensaje y la historia de los primeros cristianos— (Nuevo Testamento). Ahora bien, en todas las escrituras sagradas de la biblia nos encontramos también con una gran cantidad de alusiones a los espíritus malignos o a los demonios. Muchos de los cuales han sido reflejados en el cine de terror, así como en las novelas de este mismo género. En este artículo te explicamos más sobre los demonios de la religión cristiana. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es la demonología?

Al igual que existen estudios relacionados con la teología y la filosofía (aquellos que estudian los seminaristas para poder ordenarse como sacerdotes), también existen estudios que se especializan en analizar a los demonios. La demonología es la rama de la teología que se encarga de estudiar los demonios, así como sus relaciones y sus orígenes. Esta rama establece listados con el fin de nombrarlos y establecer una jerarquía de los espíritus maléficos.

Hay que tener en cuenta que en el cristianismo los demonios son ángeles caídos. Estos se corresponden con los primeros ángeles que Dios creó pero que, en contra de su voluntad, se alejaron de él y comenzaron a cuestionarlo —siendo desterrados del cielo y enviados al infierno—. La fuente principal que habla de los ángeles caídos es el Libro de Enoc. Se trata de una antigua obra religiosa de origen judío atribuida al bisabuelo de Noé. En ella se encuentra una gran cantidad de información sobre los demonios, así como de los gigantes y una justificación moral sobre el Gran Diluvio. Además, se hace mención a que los ángeles pertenecían a un grupo celestial que salvaguardaba los inicios de la humanidad y que Dios los creó para velar por los hombres, otorgándoles entendimiento y libertad. En este libro se dice que cayeron un total de 200 ángeles y que el líder principal de todos ellos era Semyzza. Aunque existe otra vertiente, que es la más extendida, en la cual se hace mención a Lucifer, según los textos bíblicos.

El Libro de Enoc no es el único que habla sobre los ángeles caídos o demonios, estos aparecen a lo largo de todas las escrituras sagradas. Existen una gran cantidad de bases demonológicas rescatadas de aquellos que supuestamente podían invocar a tales entidades, en las cuales se incluye la información sobre cómo hacerlo y, en el mejor de los casos, de cómo someterlos a la voluntad del conjurador. Este tipo de información está recopilada en los grimorios. Los grimorios son un tipo de libros de conocimiento mágico europeo con información astrológica, listados de ángeles y demonios, instrucciones para aquelarres, cómo invocar a entidades sobrenaturales, explicaciones para lanzar hechizos, fabricar talismanes y mezclar medicamentos, entre otras. Estos tomos datan de la Baja Edad Media (siglo XIII) y hasta el siglo XVIII —son muy pocos los grimorios que pueden encontrarse anterior a estas fechas—. Uno de los grimorios más populares por los amantes de la literatura del misterio es el Necronomicon —aunque, en este caso, se trata de un grimorio ficticio escrito por H.P. Lovecraft, con saberes arcanos y magia ritual que, según dicen, puede provocar la locura y la muerte de quien lo lee—.

Algunos de los grimorios más célebres que se han conservado hasta la fecha son los siguientes:

  • Los grimorios de Alonso de Verlanga (1602).
  • La colección hermética de Giraldo París (1604).
  • La colección astrológica de Juan Ramírez (1621).
  • Los libros prohibidos de Patricio Sinot (1622).
  • Los tesoros bibliográficos de fray Diego Velázquez (1646).
  • La colección de Pedro Felipe José Bravo (1748).

¿Cómo se conoce a los ángeles caídos?

La biblia y el conjunto de escrituras sagradas hacen mención a los ángeles caídos con varios nombres o denominaciones, dependiendo de su rango, de la época y de los capítulos o versículos del libro en los que aparecen, entre otras. Y es que la existencia del mal como una entidad que actúa en contraposición a las órdenes de Dios es uno de los ejes principales de esta religión —igual que del islam—. Estas son algunas de las denominaciones que podemos encontrar en la biblia para referirse a los demonios:

  • Grigori: o vigilantes. Tal como aparece reflejado en el Libro de Enoc, hubo un total de 20 ángeles que fueron enviados a la Tierra para velar por la humanidad, sin embargo, estos se enamoraron de las hijas de los hombres y —tras hacer un pacto con ellos— se casaron y engendraron hijos. Pero no solo eso, también enseñaron a la humanidad el arte de la guerra y la creación de las armas —creando de esta forma el desequilibrio entre los primeros hombres—. Al igual que el resto, estos ángeles también fueron sentenciados por Dios y enviados al infierno.
  • Nephilim: En este caso, nos encontramos con los hijos de los ángeles y humanos. Tal como lo menciona la biblia, estos seres son semidioses gigantes.
  • Mazzikím: Se trata de los espíritus dañinos.
  • Shedím: Son espíritus o demonios según la mitología judía. Estos no tienen la connotación de entidad malvada como en la actualidad —y como causantes de enfermedades— sino más bien como dioses extranjeros. Según la leyenda, los shedím son descendientes de las serpientes. En los escritos también se hace mención a ellos como humanos que no fueron completados en su creación por Dios, porque estaba descansando el sábado. Se dice que el Creador los dejó como muestra de que cuando llega el sábado todo el trabajo debe estar completado. En cuanto a aspecto, tal como define el Talmud, los shedím poseen rasgos de los ángeles y de los humanos.
  • Lilín: Según la mitología hebrea, se trata de espíritus femeninos, hijos de Lilith —la primera esposa de Adán—. Algunos de estos demonios lilín son descritos como espíritus errantes, de sexo femenino, que equivalen a la figura de los vampiros o de los súcubos.
  • Rujím: Son los fantasmas.
  • Ishín: Otra forma de denominar a los espíritus malignos.
  • Mekatreguím: Acusadores.

¿Cómo alejar a los demonios?

Para ahuyentar a las entidades negativas la iglesia pone a disposición de los creyentes el Salmo 91 “El que mora en el lugar secreto del Altísimo, permanecerá bajo la sombra del Todopoderoso”. Este se debe recitar dos veces:

  1. El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.
  2. Diré yo de Jehová: Refugio mío y fortaleza mía; mi Dios, en quien confiaré.
  3. Porque él te librará de la trampa del cazador, de la peste destructora.
  4. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas hallarás refugio; escudo y adarga es su verdad.
  5. No temerás el terror nocturno, ni la saeta que vuele de día,
  6. ni la pestilencia que ande en la oscuridad, ni la plaga que en pleno día destruya.
  7. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.
  8. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los malvados.
  9. Porque has puesto a Jehová, que es mi refugio, al Altísimo, como tu morada,
  10. no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
  11. Pues mandará a sus ángeles por ti, para que te guarden en todos tus caminos.
  12. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
  13. Sobre el león y la víbora pisarás; hollarás al cachorro del león y a la serpiente.
  14. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
  15. Me invocará y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le honraré.
  16. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.

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