La ermita de la montaña

El artículo de hoy lo quiero centrar en un lugar que me llamó la atención y que lo descubrí por pura casualidad. Se trata de una ermita oculta en mitad de la vía verde de Alcoy, a las faldas del Carrascal de la Font Roja. Un enclave que resulta mágico por su ubicación y paraje privilegiado, pero también por lo que representa. Se trata de una diminuta ermita construida sobre la montaña y hecha con piedra. Un lugar que, a pesar de su naturaleza, se ha convertido en un punto tétrico y sobrecargado —al menos, esa fue mi impresión—.  

Esta pequeña ermita se enclava sobre la ladera de la montaña. La misma está construida con rocas y la primera impresión que transmite es la de ser una cueva. Una gruta artificial con piedras predispuestas una encima de otra y sobre los costados para conformar esta curiosa y antigua construcción. Para acceder a ella, uno debe de tomar el sendero SL-CV-25.7, también conocido como la ruta Cervantes – Racó de Sant Bonaventura, que además destaca por ser un lugar increíble donde abunda la naturaleza —puesto que sigue el cauce del Riu Polop y esto nos permite disfrutar de sus chopos y carrascas, lagartijas colilargas y petirrojos—. Mi recorrido comenzó desde el barrio de Batoi. Desde allí avancé por un camino pedregoso y curvado hasta enlazar con este sendero mencionado. Lo cierto es que el lugar destaca en sí mismo por su belleza natural, pero también por la simbiosis de la acción del hombre con la naturaleza. Y es que desde esta zona se puede apreciar el impresionante Puente de las Siete Lunas de la vía verde de Alcoy con vista de hormiga. Incluso, es posible que tengas la oportunidad de observar como los más valientes practican puenting lanzándose al vacío en una de las muchas actividades multiaventura que tienen lugar en la zona.

Desde esta misma ubicación emerge la pequeña ermita en la montaña. Desconozco si este santuario ha sido testigo de fenómenos paranormales o insólitos, pero lo cierto es que el escenario acompaña… La sensación de sobrecarga en el interior me resultó muy común a otros espacios que he tenido la oportunidad de visitar —incluida una capilla muy similar ubicada junto al Preventorio de Aguas de Busot—. Dentro se siente frío, puesto que la roca gruesa y dura impide que pase el sol y por lo tanto que se caliente. Además, lo más insólito es que todavía sigue quedando un pequeño altar que en su tiempo estuvo protegido por unas rejas de hierro y que hoy estas han sido manipuladas —imagino que para extraer forzosamente la imagen que velaba el interior—.

Rituales o zona de peregrinación

Sería aventurado por mi parte dar una explicación del fin de esta pequeña ermita de piedra en la montaña, puesto que no he encontrado información al respecto. Ahora bien, al fijarme en el mapa de rutas verdes en Alcoi he podido comprobar que en la zona encontramos varias ermitas, por supuesto, de mayores tamaños y con mayor reconocimiento. Estas son la ermita de Sant Antoni, la ermita de Bartxell, la ermita de Sant Pasqual y la popular ermita de Sant Cristofol en lo alto del Barranc del Cint. Tal vez, este es uno de los muchos santuarios que pueblan esta zona que abarca desde la Sierra de Mariola, hasta el Carrascal de la Font Roja y que llega hasta Cocentaina.

En cualquier caso, se trate de una zona de peregrinación o no, esta sigue siendo utilizada y sigue siendo testigo de rituales. En el altar —o en lo que queda de él— podemos encontrar velas, así como estampas religiosas y una aureola de la virgen clavada entre los hierros afilados del inhóspito lugar. En este pequeño altar podemos encontrarnos también algunas plantas y flores secas que han sido colocadas estratégicamente como ofrenda. Posiblemente, a la imagen de la Virgen María que resguardaba este punto antaño. Tal vez a algún Cristo…

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