Hace aproximadamente un año recibíamos un aviso de tres personas angustiadas por la presencia de extraños fenómenos en su hogar. Luces que se prendían y apagaban solas, fuertes golpes en las paredes o incluso puertas que aparecían abiertas cuando previamente habían sido cerradas causaban malestar entre los inquilinos sisando su energía y positividad…
Era la madrugada del lunes 27 de noviembre de 2017 cuando nos desplazamos hasta Valencia, a escasos metros del Estadio de Mestalla, para investigar un viejo departamento de al menos 80 años de antigüedad. Aquella noche el cielo amenazaba con imponentes relámpagos ocasionados por una tormenta eléctrica y el frío calaba los huesos. No obstante, decidimos que, previo a la investigación, nos reuniríamos con los afectados para conocer de forma directa los testimonios ocasionados por estos extraños fenómenos. Nos armados con nuestras mochilas repletas de aparatos y aterrizamos en una pizzería de la pintoresca Plaza del Xúquer. Los afligidos, cuya identidad he decidido preservar, —y desde ahora me referiré a ellos como Ángel, Clara y María— llevaban poco tiempo en España, pues se encontraban realizando un intercambio estudiantil en la ciudad. Su caso llegó a Periodismo del Más Allá a través de mi hermano, fiel compañero de investigaciones.
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Tanto Ángel como Clara y María estaban inquietos, aunque emocionados por desvelar el misterio que en más de una ocasión les había provocado algún que otro sobresalto. Clara tenía la habitación más pequeña de aquel piso. Ella nos comentaba que con frecuencia la puerta aparecía abierta a pesar de haber sido cerrada con anterioridad. Ángel y María daban fe de los hechos, pues tras observar este fenómeno y asegurarse de que la misma no podía abrirse sin mover la manivela, seguía descubriéndose cada vez que regresaban a la vivienda. Lo mismo ocurría con las luces… Durante las noches los fenómenos adquirían mayor intensidad. Los tres coincidían en haber escuchado pasos por los pasillos a altas horas de la madrugada, así como ruidos y golpes en las paredes o en el mobiliario del salón. Concretamente en uno de los robustos armarios de madera. A todo ello se sumaba, además, los terribles fenómenos que desde hacía tiempo estaba viviendo Clara en su propia piel. Pues entre angustias y horror nos explicaba que durante las noches, en el momento de dormir, estaba sufriendo lo que en parapsicología se conoce como visitantes de dormitorio o la visita de la gente de las sombras…
Tras una larga y extendida conversación en la que nos detallaron la cronología de los hechos y debatimos sobre la fenomenología del misterio decidimos que era el momento de comenzar con nuestra investigación. El reloj marcaba aproximadamente la 01:00h de la madrugada cuando llegamos a aquel viejo edificio compuesto por aproximadamente una decena de pisos. Una antigua pero gruesa puerta de madera acababa de abrirse ante nosotros para darnos paso al interior de la morada. Recuerdo haber sentido una extraña sensación nada más entrar en ella. Un espejo de importantes dimensiones recibía a los huéspedes que apenas podían verse reflejados por la escasa luminosidad de la vivienda. La temperatura de aquel inmueble era baja, muy parecida a la del exterior, con apenas unos pocos grados de diferencia. Al final del pasillo algo llamaba la atención. Era una pintura de un desnudo femenino en el cual se retrataba a una mujer en un prostíbulo. La misma se encontraba sobre uno de los taburetes del recinto, expuesta ante la mirada de un hombre que la observaba con detenimiento desde el exterior. Como si la estuviera vigilando. Este lúgubre enser era el único elemento decorativo en toda la vivienda.
Tras una primera inspección en busca de cualquier indicio de actividad a lo largo del inmueble, nos acomodamos en las sillas que rodeaban la mesa del comedor. Habíamos realizado un pequeño reportaje fotográfico y ahora era el momento de comenzar con la sesión de psicofonías. Los resultados, ya analizados, se muestran a continuación:
Tanto en la primera como en la segunda psicofonía la grabadora parece haber registrado varias voces con diferentes tonos, como si estuvieran manteniendo una conversación. Las mismas, aunque por el momento ininteligibles, responden ante la primera de las cuestiones formuladas: ¿Hay alguien aquí?
Estas grabaciones reflejan, asimismo, un extraño ruido que se aprecia tras preguntar por el origen de los mismos. La primera de estas grabaciones ha sido editada y repetida para que pueda escucharse con mayor claridad.
Esta última psicofonía es, tal vez, la más impactante de todas ya que en ella podemos apreciar una voz espectral que parece saludarnos desde el Más Allá con un prolongado “Hola”.
Cabe destacar que en el momento de realizar la sesión de psicofonía no percibimos ninguna anomalía que nos llamara la atención. No ocurrió lo mismo durante la posterior sesión de Spirit Box, gracias a la cual conseguimos obtener el nombre del supuesto causante de los fenómenos paranormales. Además, el ente aprovechó para pedirnos un poco de agua:
Cualquiera que se dedica a investigar este tipo de fenómenos es consciente de que resulta muy complicado establecer contacto con el Más Allá por estas vías, al menos obtener cierto grado de feedback. Así que tras finalizar la sesión de Spirit Box aprovechamos para rogarle a Pedro que dejara la casa en paz y hacerle entender la situación en la que se encontraba. La investigación fue un éxito, los inquilinos de aquella vivienda no volvieron a sufrir ningún tipo de fenómeno paranormal desde aquel momento hasta que abandonaron la vivienda para regresar a su lugar de procedencia y Periodismo del Más Allá obtuvo nuevas evidencias parapsicológicas que se suman a nuestra colección del misterio.