¿Quien no se acuerda del entrañable compañero de Los Cazafantasmas? Esa figura verde y pegajosa que acompañaba al equipo en cada aventura y que en España recibía el nombre de Moquete. Aquel ser de estado semisólido y con ciertos rasgos de personalidad es lo que vagamente podría compararse con el ectoplasma, pero… ¿Qué es en realidad?
La verdad es que esta comparación del ectoplasma en simple pero se asemeja en algunos detalles. El término de ectoplasma fue acuñado por el catedrático francés de Fisiología y Premio Nobel de Medicina en 1913, Charles Robert Richet, para referirse a una materia viva presente en el cuerpo de cualquier ser vivo. Según la investigadora ya mencionada en algunas de las publicaciones anteriores, Sol Blanco-Soler, el ectoplasma consistiría en una “sustancia blanquecina, algo fosforescente y con distintos grados de viscosidad, que segregan algunos médiums en trance por los orificios naturales de su cuerpo” y que “cuando termina el trance, el médium reabsorbe la sustancia”. Soler explica, además, que los médiums consideran esta sustancia de origen espiritual. Esta definición la vemos aplicada en escenas de películas como la de Exorcismo en Connecticut.
Uno de los casos más famosos en los que se ha estudiado el ectoplasma fue durante las sesiones de espiritismo que realizaba la médium, Florence Cook. Esta espiritista fue una de las pocas personas que poseía la habilidad para emanar la suficiente cantidad de materia como para formar la imagen de una mujer muy semejante a ella y que fue bautizada con el nombre de Katie king. Fueron varias las sesiones y al principio, como pasa en la mayoría de estos casos, el ectoplasma que se emanaba por los orificios de la nariz, boca y orejas se desprendía sobre el suelo, pero conforme fue pasando el tiempo adquirió los rasgos de un ser humano, en ocasiones no completo del todo, y en otros momentos sí. Existen varios casos en los que se ha conseguido formar alguna que otra imagen, pero esta requiere de mayor atención ya que se dice que la mujer emanada de la médium, Katie King, tenía vida propia. Al parecer comenzaba a desplazarse por la habitación en la que se realizaba la sesión de espiritismo y tenía la capacidad de hablar. Según comentan, estas formaciones desaparecen al momento y solo forman parte del fantasma de los vivos, es decir, no tendrían que ver con personas que fallecieron en algún momento. Cabe destacar que este caso fue estudiado por el físico y químico inglés, William Crookes, quien junto a la médium, Florence Cook, tomó hasta 44 fotografías de la supuesta Katie King. Según las conclusiones de la investigación, King era el espíritu de una mujer que se manifestaba a través del ectoplasma de la médium con el objetivo de demostrarles la existencia del mundo espiritual. Una vez que el físico obtuvo suficientes pruebas, el ser desapareció. Se comenta que el propio investigador llegó a enamorarse de la misma Katie King.
Es difícil determinar si las fotografías tomadas en este caso son reales o no. Sin embargo, existen más estudios científicos realizados sobre el ectoplasma, llegando incluso a recoger varias muestras que analizan su composición. En ellas parece ser que se ha encontrado: fosfato de calcio, clorato de sodio, leucocitos, glóbulos de grasa y células epiteliales.
Fuentes
Blanco-Soler, Sol (2007) ¿Hay alguien aquí?: Fantasmas, poltergeist y casas encantadas de España y el mundo. Madrid: Palmyra.